El número de afiliados/as a cierre de agosto era aún 667.978 inferior al del día antes de declararse el estado de alarma. La cifra no incluye los trabajadores/as en ERTE, que eran todavía 812.438 a final de mes.
Verano de 2020. Mascarilla, distancia, caída drástica de los visitantes extranjeros. Una foto muy diferente a la de otros años. Algo más ha cambiado. Más de 580.000 trabajadores y trabajadoras temporales han desaparecido de la estadística de afiliación media de agosto de la Seguridad Social respecto al mismo mes de 2019.
Tras las semanas iniciales del confinamiento, en las que la destrucción de empleo fue diaria, la rueda del mercado laboral español volvió rápido a sus acostumbradas ganancias netas de empleo los lunes, pérdida los viernes, subidones a principios de mes y debacle del último día para recuperarse al día siguiente y vuelta a empezar. Es la tónica de un mercado en el que uno de cada cuatro contratos tiene una duración inferior a una semana.
Llegó el verano, la temporada alta de lo temporal, del salvavidas eterno del turismo, y las cifras mostraron lo que se había quedado por el camino: 729.101 temporales menos de media en julio frente al mismo mes de 2019 y 580.596 menos en agosto, gracias a la subida de los eventuales a tiempo completo en agosto respecto a julio. A la caída se unen los 36.000 afiliados menos con contrato de formación o prácticas en agosto respecto al mismo mes de 2019.
Las cifras de contratos firmados hablan por sí solas. En la frenética maquinaria de hacer y deshacer empleo del mercado laboral español, que alcanzó su récord en 2019, solo en agosto se firmaron 1.118.663 contratos, de los que el 91,39% fueron temporales.
Pueden parecer muchos, en comparación al empleo creado, y lo son. Pero son 401.259 contratos registrados menos que en el mismo mes de 2019, lo que supone una caída del 26,4%. En los ocho primeros meses del año, se registraron 9.954.263 contratos, lo que supone 4.735.065 contratos menos que entre enero y agosto de 2019, con una caída del 32,23%.
COLCHÓN ERTE
No ocurre lo mismo con los trabajadores fijos, que se enfrentaron a la COVID-19 no solo con la red propia de sus contratos sino con el añadido de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), ideados para mantener el vínculo entre trabajador/a y empresa.
La afiliación media de los trabajadores/as indefinidos mantuvo un aumento en agosto respecto al mismo mes de 2019 de 119.042. No significa que el empleo fijo no haya sufrido con la pandemia y el confinamiento. Si se toma la media de agosto respecto a febrero, es decir, antes del estado de alarma, se ve una caída de 179.272 afiliados con contrato indefinido (dato algo distorsionado por los fijos discontinuos, que caen con especial fuerza en agosto todos los años). En cualquier caso el empuje previo, con 298.313 afiliados indefinidos más en febrero de 2020 (mes previo al confinamiento) que en agosto de 2019, ha logrado mantener en positivo la comparación interanual.
Para mal añadido de los temporales, agosto es además el mes en que se cierra la temporada alta del sector turístico y este de 2020 no ha sido distinto en esto, con una caída el día 31 de 211.566 afiliados/as en el total de la actividad económica (incluidos todos los regímenes).
Si se compara el cierre de agosto con el dato del último día de julio, la afiliación cayó en el mes en 82.541 trabajadoras/es. En total, sigue habiendo 667.978 trabajadores/as afiliados menos que el día antes de la declaración del estado de alarma, que tuvo lugar el 14 de marzo.
Esto es sin contar las 812.438 personas que seguían acogidas a un ERTE a cierre de agosto (663.656 por fuerza mayor). La cifra compara con los casi 3,4 millones de personas que llegaron a estar en un ERTE a finales de abril, cuando se alcanzó el punto máximo, de los que la mayoría ya ha vuelto a la actividad. La vuelta a la actividad de trabajadores en ERTE ha ido perdiendo ritmo a medida que avanzaban los meses y van quedando los sectores que tienen más complicado salir de la crisis, como es el turístico, entre otros.
Los trabajadores que llevan desde marzo en esta situación se van a encontrar con un problema añadido en octubre, cuando se cumpla el sexto mes del cobro de la prestación y esta pase a ser el 50% de la base reguladora en lugar del 70%. Ese cambio, que antes se quedaba en el 60%, se debe a una modificación en la normativa laboral que llevó a cabo el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012 y que provocó un rifirrafe en el Congreso de los Diputados cuando, tras anunciar Rajoy la medida, desde la tribuna de los populares la diputada Andrea Fabra dijo aquello de “¡Que se jodan!”.
Preguntado al respecto en la presentación de los datos de empleo de agosto, el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arrollo, ha asegurado que "el Gobierno es consciente de esta situación", refiriéndose a la reducción de la prestación a la mitad de la base reguladora, y que se abordará "en la mesa del diálogo social".
El gasto en prestaciones por los instrumentos puestos en marcha para hacer frente a las consecuencias económicas de la crisis sanitaria (ERTE, cese extraordinario de autónomos…) son uno de los grandes retos que afronta el sistema, especialmente si la temida segunda ola se tradujese en una parálisis de la economía similar a la de marzo, abril y mayo. En julio (último dato oficial) el gasto en prestaciones fue de 3.237 millones de euros, lejos de los 5.526 millones de mayo pero también de los 1.567 millones del mismo mes del año anterior. En total, el gasto en prestaciones entre abril y julio suma ya a 17.892 millones, es decir 3,2 veces más que en el mismo periodo de 2019.
En cuanto al paro registrado, en agosto ha vuelto a superar los 3,8 millones de personas, tras aumentar en el mes en 29.780 personas.
Disminuyó en la agricultura (-13.253) y aumentó en servicios (+20.216), construcción (+7.983) e industria (+2.981). Además se registraron en las oficinas del SEPE 11.853 personas sin actividad previa.
En el lado positivo, agosto fue el cuarto mes consecutivo de aumento de la afiliación, después de la profunda caída de abril derivada del confinamiento, y la afiliación media respecto a julio creció por primera vez en toda la serie histórica. Además, se ha recuperado prácticamente el nivel de afiliados al régimen de autónomos previo al estado de alarma y se encuentra ya en niveles de agosto de 2019.
Apoya a DATADISTA
Necesitamos tu ayuda para crecer y seguir investigando. Esta es la forma de hacer periodismo en la que creemos. Ahora puedes apoyar nuestro trabajo y recibir nuestra newsletter.
Relacionadas
Radiografía del empleo fijo discontinuo y la estacionalidad por regiones y sectores
Radiografía de la contratación en abril, primer mes con la reforma laboral plenamente en vigor
Radiografía de la contratación indefinida en España