Radiografía del empleo fijo discontinuo y la estacionalidad por regiones y sectores

Hay una región en España en la que aparecen y desaparecen de los datos de afiliación más de 155.000 personas con contrato fijo discontinuo dependiendo de la época del año. Una región en la que, en el pasado mes de mayo, un tercio de los afiliados y afiliadas de todas las modalidades de contratación del Régimen General lo eran con un contrato fijo-discontinuo. Hay otra región que saca pecho de sus datos de empleo al tiempo que critica la estadística nacional y en la que la oscilación de la afiliación fija discontinua es de más de 60.000 empleados en activo dependiendo del mes del año. ¿Apuestas?

Antes de que nadie empiece a ensayar cómo rasgarse las vestiduras de cara a la próxima sesión de control en el Parlamento, este fenómeno no solo lo muestra la estadística de afiliación, por lo que es difícil decir que está oculto, sino que se puede observar de forma histórica sin ruptura del patrón a lo largo de las sucesivas reformas laborales, incluida la última. Los fijos discontinuos solo aparecen en la afiliación cuando están en periodo de actividad y desaparecen en la fase de inactividad, por lo que a efectos de saber cuánta gente está trabajando sirven lo mismo que cualquier otro contrato.

Los datos de paro registrado, que es donde se centran las críticas porque ciertamente no se suman los fijos discontinuos como parados cuando entran en periodo de inactividad, lo que señala un aspecto muy mejorable de la información, eran ya una estadística de baja calidad no ahora sino históricamente, no solo con los fijos discontinuos sino en general. Es el reflejo de que en España nadie se apunta al paro porque ese sea el camino de encontrar trabajo sino por otras causas como puede ser cobrar una prestación o cumplir las condiciones exigidas por una administración, lo que deja fuera de la estadística de paro registrado a un buen número de personas.

Volviendo por ello a la afiliación, estamos en junio. España, el país de los empleos de invierno y de verano, ha dado por iniciada la temporada alta de la hostelería. El pasado mes de mayo, en las Islas Baleares un tercio de las personas afiliadas lo eran con un contrato fijo-discontinuo. Es probable que en julio, se roce el 40%, como ocurrió en 2023.

La imagen cambia sensiblemente si elaboramos el mismo mapa referido al mes de enero de este año, cuando Baleares se queda por debajo o en línea con muchas otras provincias.

Baleares es la provincia donde porcentualmente respecto al total de afiliados del Régimen General más intensamente se está utilizando esta modalidad de contrato, tanto es así que la oscilación entre julio de 2023 y enero de 2024 fue de 155.000 personas afiliadas con contrato fijo-discontinuo en activo. Las cifras aumentan si se mira el mismo mes año tras año y el pasado mes de mayo ha vuelto a registrar un número de fijos-discontinuos mayor al de mayo de 2023.

La causa parece bastante evidente tratándose de Baleares, donde el fenómeno del turismo afecta ya a prácticamente todos los ámbitos, desde el empleo a la vivienda o los servicios. Aunque la estadística no lo da por tipo de contrato, si se mira la afiliación por sectores de actividad en todas las modalidades de contrato del régimen general, se ve la mayor oscilación en el sector de la hostelería.

Aunque en Baleares las cifras puedan ser más llamativas, los cambios estacionales en el sector de la hostelería son marca España.

La hostelería en el empleo en España

En el sector de la hostelería, en España se incrementó el número de personas afiliadas en alta (en todas las modalidades de contrato del régimen general) entre febrero y julio de 2023 en 340.000 y se redujeron en 246.000 entre agosto del año pasado y enero de este año. Entre febrero y mayo de 2024, en el que se espera que se alcancen cifras récord de turistas, la cifra de afiliados en alta (incluidos los fijos-discontinuos en periodo de actividad) han aumentado en más de 280.000.

La hostelería no es el único sector con importantes oscilaciones en las cifras de afiliación ni probablemente el que más suspicacias debería levantar dado que la estacionalidad es evidente. Hay otros donde el uso antes de contratos temporales y ahora de fijos-discontinuos puede resultar mucho más cuestionable por la posibilidad de que esté enmascarando lo que deberían ser contratos indefinidos con retribución en el periodo de vacaciones. Es lo que ocurre en el sector de la educación, otro de los protagonistas del país de los empleos de invierno y de verano.

Comunidad de Madrid y provincia de Barcelona

La curva de la afiliación en el sector de la educación se observa por ejemplo en la Comunidad de Madrid, donde la oscilación se une a la hostelería en el mismo periodo del año. En Madrid se observan también, aunque de forma menos acusada, las variaciones de otros sectores según el periodo del año como es el comercio y quizás el más sorprendente porque además tiene su reflejo en la afiliación fija discontinua, en el de los trabajos administrativos.

Ese tipo de sectores, que entran en periodo de inactividad en verano, unido a que es también el periodo con el empleo en hostelería más bajo en esta región hacen que la misma ejerza un efecto contracíclico en el dato general en España de fijos discontinuos en actividad, puesto que resta en el periodo en el que otras regiones suman más.

Lo que es evidente es que Madrid, por más que se empeñen sus dirigentes en sacar pecho de las cifras de empleo al tiempo que a nivel nacional cuestionan los datos por el efecto de los fijos discontinuos, no está siendo en absoluto ajena a esta modalidad de contratación.

No le va a la zaga la provincia de Barcelona, donde el baile de afiliados y afiliadas en el sector de la educación es aún más acusado, con una variación de casi 71.000 personas entre agosto y octubre del año pasado cuya evolución habrá que observar en los próximos meses porque coincidió parcialmente con una significativa caída del empleo público.

En la afiliación, es decir, los empleados y empleadas en periodo de actividad con contrato fijo discontinuo esos movimientos se traducen en una oscilación de más de 49.000 personas.

El peso de los fijos discontinuos en el empleo en España

La reforma laboral que entró en vigor plenamente en abril de 2022, al eliminar o limitar a supuestos muy tasados la posibilidad de hacer contratos temporales, provocó un incremento del empleo fijo-discontinuo, diseñados para que en los periodos sin actividad, incluso cobrando la prestación por desempleo, se mantenga el vínculo entre el empleado o empleada y la empresa.

Aunque atendiendo a la crítica política podría parecer que el empleo que se ha creado en España desde el cambio en las normas de contratación se debe fundamentalmente a la modalidad fija discontinua, las cifras cuentan una realidad muy diferente.

Entre abril de 2021 y mayo de 2024, las personas afiliadas con contrato indefinido a tiempo completo, el considerado de mayor calidad, han aumentado en 2.140.088. Las indefinidas a tiempo parcial, en 805.642. Y las afiliadas con contrato fijo-discontinuo, en 743.630.

En el mismo periodo, la afiliación temporal a tiempo completo a caído en 1.037.897 y a tiempo parcial en 685.369, lo que no deja de ser lógico dadas las limitaciones que se han puesto a este tipo de contratos.