Hoy te enviamos nuestro boletín número 100 y queremos darte las gracias porque tener un porcentaje de apertura tan alto como tenemos boletín tras boletín es un orgullo para nosotros. Nos hace, por más enredados que estemos en nuestras investigaciones de largo plazo de las que pronto tendrás noticias, encontrar el tiempo necesario para traerte al buzón datos y análisis que te puedan ser útiles e interesantes.
En este boletín te hablamos de agua de nuevo, de los millones de habitantes de España que están sufriendo ya restricciones en este año con tan pocas lluvias y temperaturas tan altas.
También te hablamos del motivo que ha hecho que la Seguridad Social tenga que abonar casi 24.000 millones de euros en pensiones contributivas en un solo mes. Eso son casi 800 millones de euros al día.
Finalmente te traemos algunos documentos que permanecieron ocultos en los armarios del Ministerio de Asuntos Exteriores durante décadas y que DATADISTA sacó a la luz tras ser desclasificados. Tienen que ver con el accidente nuclear de la pedanía almeriense de Palomares y también con Henry Kissinger, que ha muerto esta semana con 100 años. ¿Qué hizo o no Kissinger por Palomares?
Arrancamos.
Casi 9,5 millones de personas en España tienen restricciones de agua
En estos momentos hay en España casi 9,5 millones de personas con restricciones de agua debido a las medidas adoptadas en las últimas semanas en las comunidades autónomas de Cataluña y Andalucía, con limitaciones de agua a 210 litros por habitante y día, entre otras medidas adoptadas. En algunas zonas de Andalucía también se ha decidido reducir la presión del agua para el abastecimiento urbano. En Jerez de la Frontera (Cádiz), por ejemplo, desde principios de noviembre, se ha reducido la presión del agua entre las 16:30 y las 19:30 horas, y entre las 23:00 y las 07:00 horas.
En este gráfico puedes ver la evolución del agua embalsada en las Cuencas Internas de Cataluña. Esta semana estaban al 18,3% de su capacidad total con 124 hm³.
En el siguiente gráfico se muestra la situación de los embalses que abastecen a buena parte de la provincia de Cádiz. Actualmente se encuentran al 14,7% de su capacidad total con 243 hm³.
Los embalses para consumo humano y agricultura están al 32,4%
La reserva de agua actual de los embalses para uso consuntivo de la Península es de 12.550 hm³, lo que representa el 32,4% de la capacidad total embalsada. En la última semana, el agua embalsada ha aumentado en 10 hm³, con variaciones que van entre -24 hm³ en el Miño - Sil y 40 hm³ en el Ebro.
En este gráfico, se puede observar la evolución del agua embalsada para uso consuntivo. Actualmente, el agua embalsada está 6,8 puntos porcentuales por debajo de la media de los últimos 5 años y 13,4 puntos porcentuales por debajo de la media de los últimos 10 años.
Termina un otoño meteorológico entre los más cálidos y lluviosos
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) indica que el otoño de 2023 probablemente será uno de los tres más cálidos en la serie histórica, así como uno de los más lluviosos, superando los valores normales. Entre el 1 de octubre y el 29 de noviembre, las precipitaciones acumuladas alcanzaron los 154 mm, un 4% por encima del promedio habitual. Sin embargo, esta media elevada se debe a las intensas lluvias caídas durante el otoño en el noroeste del país, mientras que en el tercio este de la Península las precipitaciones han sido inferiores a lo normal. De Almería a Girona ha llovido muy poco. Lo puedes ver en este mapa de la AEMET que muestra la situación desde el 1 de octubre de 2023.
Las primeras predicciones para el invierno meteorológico, que comenzó el 1 de diciembre y se extenderá hasta el 29 de febrero de 2024, sugieren que será más lluvioso de lo normal en el noroeste de la península, aunque todavía no hay certezas para el resto del país. La temperatura media durante el invierno se espera que sea más alta de lo habitual. De cumplirse estas previsiones, sería el sexto invierno consecutivo con temperaturas cálidas.
24.000 millones en pensiones contributivas en un solo mes
Hoy te traemos una estadística que lleva décadas generando polémica: el coste de las pensiones y la capacidad del sistema de ser sostenible. La nómina de noviembre de 2023, que incluye el abono de la paga extraordinaria, se ha elevado a 23.923 millones de euros. Es el resultado de añadir a los 12.101 millones del pago ordinario mensual los 11.823 millones de euros que ha supuesto la paga extra.
Si echamos la vista atrás, esta es la evolución del coste mensual de las pensiones contributivas, es decir, aquellas que en principio deberían abonarse con cargo a las cotizaciones sociales de los trabajadores en activo (abonados por trabajadores y empresas). Desafortunadamente y, aunque se lo hemos comentado en más de una ocasión al Ministerio de Seguridad Social y han asegurado que lo corregirían, en la estadística no se recogen las pagas extra, lo que significa que, para conocer el coste, hay que casi duplicar los meses de noviembre y junio de cada ejercicio.
Sin contar ese efecto de las pagas extraordinarias, en una década se ha pasado de abonar al mes en torno a 7.600 millones (que corregidos por el aumento del coste de la vida hoy equivaldrían a 9.222 millones de euros) a más de 12.000 millones de euros al mes. La causa es muy conocida. La población envejece, hoy se pagan 10,1 millones de pensiones contributivas a 9,1 millones de pensionistas (la diferencia es porque hay personas con derecho a más de una pensión); se dan de alta como pensionistas personas con historias de cotización cada vez más altas; el incremento anual de las pensiones ha vuelto a ligarse al IPC.
Para hacerse idea del esfuerzo que suponen los meses de las pagas extraordinarias, durante los gobiernos de Mariano Rajoy se echó mano de la hucha de las pensiones para abonar esas pagas extra, eliminando año tras año el límite máximo que podía sacarse de la hucha, hasta dejarla con telarañas. Cuando ya no se pudo acudir a ese fondo de reserva se empezó a dar préstamos desde el Tesoro a la Seguridad Social para abonar las pagas extra de las pensiones, es decir, a respaldar las pensiones contributivas en lugar de con cotizaciones con impuestos generales (IVA, IRPF, Sociedades, I. Especiales). El Ministerio que dirigía hasta hace poco José Luis Escrivá siempre ha quitado importancia a este préstamo, que se ha usado sobre todo en los gobiernos de Pedro Sánchez. Escrivá siempre ha contestado a las preguntas sobre la deuda de la Seguridad Social con el Tesoro refiriéndose a los gastos impropios históricos que la Seguridad Social ha soportado y que están siendo corregidos. De ellos te hablábamos aquí. De las últimas reformas y su eficacia así como la vuelta de los ingresos a la hucha de las pensiones hablaremos otro día. Hoy nos limitamos a mostrarte el motivo de que crujan las cuentas de la Seguridad Social con cada paga extra.
Las cifras no muestran ni que el sistema sea sostenible ni lo contrario, sino cual es el nivel de ingresos destinado a pensiones de que debe dotarse para serlo. Tampoco se puede hacer un debate simple sobre si los jóvenes están financiando a los mayores a través de su trabajo precario. Esos muros entre generaciones que a veces se pretenden levantar para cuestionar el sistema de pensiones se caen ante informes como el publicado recientemente por la Fundación BBVA, en el que se ve cómo el 37% de los mayores de 60 años han ayudado a sus hijos a llegar a fin de mes en algún momento del último año.
Muere Henry Kissinger y el plutonio sigue en Palomares
Esta semana ha muerto, a los 100 años de edad, uno de los personajes más controvertidos del siglo XX, el ex secretario de Estado de Estados Unidos Heinz Alfred Kissinger, Henry Kissinger. Su hoja de servicio es una contradicción irresoluble que exhibe haber recibido el Nobel de la Paz más polémico de la historia al tiempo que es considerado un criminal de guerra en muchos foros intelectuales. Kissinger obtuvo el Nobel por negociar el fin de la guerra de Vietnam, pero lo hizo después de haber promovido su prolongación y sus víctimas. En su debe está también haber conspirado con la CIA para apoyar el golpe militar que derrocó a Salvador Allende en Chile e instauró la dictadura de Pinochet, entre otros apoyos a dictaduras latinoamericanas. Mucho de lo que se está diciendo de él estos días encuadra sus acciones en el contexto de la Guerra Fría, la escalada nuclear, el pragmatismo, la diplomacia y es precisamente en ese contexto en el que te recordamos esta semana una de nuestras investigaciones: Los papeles de Palomares.
Kissinger no tuvo nada que ver en el acuerdo original para el establecimiento de bases militares de EEUU en España, que se firmó el 26 de septiembre de 1953 entre el dictador Franco con el presidente estadounidense Dwight Eisenhower, 16 años antes de que Kissinger llegase al Gobierno de la mano de Richard Nixon como consejero de Seguridad Nacional y después secretario de Estado.
Había asesorado puntualmente a John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson pero tampoco estaba aún dentro del Gobierno de su país cuando el 17 de enero de 1966 un bombardero estadounidense B-52 cargado con cuatro bombas termonucleares inició una operación de repostaje en vuelo sobre la pedanía almeriense de Palomares. Aquella maniobra, que se repetía varias veces al día, falló. Las aeronaves -el bombardero, que EEUU mantenía en vuelo para no posar en tierra sus secretos nucleares, y el avión cisterna, un KC-135 que había salido de la base aérea de Torrejón de Ardoz- colisionaron en el aire sobre Palomares y sus restos acabaron esparcidos en cientos de hectáreas.
Las bombas se desprendieron. Una se posó sobre el lecho de un río, otra fue a parar al mar, a dos de ellas les falló el paracaídas y el plutonio acabó dispersándose por una amplia zona debido a los fuertes vientos de aquellos días. Buena parte de ese plutonio sigue allí, degradándose en americio, aún más peligroso que el plutonio.
La importancia de Kissinger está en lo que pudo hacer y no hizo por retirar la contaminación de Palomares y solventar el problema generado por el ejército de su país. Su implicación en la estrategia nuclear de EEUU es indudable. Ya en 1957, Kissinger se había hecho un nombre tras publicar Armas nucleares y política exterior, donde defendía el uso de armamento nuclear en guerras convencionales como medida disuasoria frente al bloque soviético. Como consejero de Seguridad Nacional primero y secretario de Estado después, realizó hasta siete viajes al más alto nivel a España entre 1970 y 1976, ha escrito el historiador Charles T. Powell. Su gran temor siempre fue que el rechazo a las bases militares en España, especialmente por el riesgo nuclear tras el accidente, comprometiese el acuerdo de Franco y EEUU y no dudo hasta en propiciar un viaje de Richard Nixon a España a visitar al dictador para amarrar el acuerdo. Pero no solucionaron lo ocurrido en Palomares.
DATADISTA logró acceso y publicó por primera vez documentos desclasificados por el Ministerio de Asuntos Exteriores español sobre el accidente de Palomares y gracias a ello te contamos lo que ocurrió en los despachos y en las comunicaciones entre ambos Gobiernos durante décadas de un secreto de Estado que negó la gravedad de lo ocurrido a la población y al público en general, que enterró en dos zanjas material contaminado procedente del accidente y le perdió el rastro, que permitió que se abriesen dos balsas enormes para agua para el regadío justo donde había sido enterrado aquel material, provocando la resuspensión de tierras contaminadas, y que solo reaccionó cuando, en plena burbuja inmobiliaria de principios del siglo XXI, un inversor estuvo a punto de construir viviendas de lujo para británicos retirados con los cimientos hundidos en una de las zonas contaminadas. Te lo contamos en Cimientos sobre plutonio.
Tras el accidente, los principales esfuerzos del Gobierno de Franco y en especial del ministro de Turismo, Manuel Fraga, se centraron en restar importancia en público para no perjudicar los planes para el turismo, de ahí el famoso baño de Fraga (que fueron varios), mientras en privado se analizaban los efectos de los accidentes en la población. Ese secretismo beneficiaba a EEUU, que no quería ver sus secretos nucleares al aire ni sus accidentes atemorizando al mundo.
En febrero de 1966, al mes del accidente, el ministro de Asuntos Exteriores español, Fernando María Castiella, le envía al ministro de Industria, Gregorio López-Bravo, un borrador de nota que quieren publicar los estadounidenses. López-Bravo le contesta a Castiella diciendo que ha detectado que los estadounidenses están tratando de eliminar responsabilidades futuras y que, cuando se habla de radiactividad, esto no tiene sentido. Ni es poco el plutonio que ha quedado esparcido por el suelo, ni se saben las consecuencias futuras para la salud ni a cuántas personas puede llegar a afectar, ni se puede hablar de bajo riesgo mientras exista el riesgo de inhalación, que es el que se sabe que reparte más papeletas para desarrollar cáncer. Este es el texto literal de la respuesta de López-Bravo.
Precisamente López-Bravo, conocedor como se ha visto de los riesgos en Palomares, pasó de ser ministro de Industria a ministro de Asuntos Exteriores en 1969, el año en que Kissinger se convierte en el poderoso consejero de Seguridad Nacional de EEUU.
En 1973, López-Bravo es sustituido al frente de Asuntos Exteriores por Laureano López Rodó. El 4 de septiembre de 1973, el embajador estadounidense en Madrid envía un cable al Departamento de Estado de EEUU, desvelado por Wikileaks, relativo a los temas que prevé que va a querer tratar el nuevo ministro de Asuntos Exteriores español en un encuentro previsto con Kissinger. Entre esos temas está, intuye el embajador, la posible pretensión de arrancar de los americanos garantías sobre seguridad en relación con las cuatro bases militares que tienen sobre suelo español. Es previsible, comenta el cable, que López Rodó sienta que el accidente de Palomares, “que el Gobierno de España considera una cuestión no resuelta”, le confiere “fortaleza táctica” en la negociación. Así lo ha mostrado ya su predecesor, López-Bravo.
Especialmente delicado fue el momento en que, mes y medio después, otro cable refleja una reunión en la que López Rodó muestra a los estadounidenses un teletipo de Europa Press en el que se habla del temor despertado en la población de Almería debido a que un centenar de aviones de guerra al día están sobrevolando el cielo de la región.
Se debe a una misión de EEUU a Israel que está utilizando la misma ruta que aquella en la que se produjo el accidente de 1966. La gente está asustada. El cable es del 19 de octubre de 1973, en plena Guerra de Yom Kipur, también llamada Guerra del Ramadán. Tras la invasión de Israel por una coalición de países árabes encabezados por Egipto y Siria, EEUU y la Unión Soviética respaldaron a sus respectivos aliados provocando un nuevo momento de alta tensión entre las dos potencias nucleares.
Palomares ha tenido un Plan de limpieza que permanece en secreto y acuerdos para su limpieza que nunca fueron vinculantes. Recientemente, el pasado mes de septiembre, se volvió a hablar del compromiso de EEUU de afrontar la limpieza definitiva como uno de los temas a tratar en un encuentro entre el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y su homólogo estadounidense, Joe Biden.
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