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#131 Investigación (y III) "La industria química intenta retrasar la prohibición y seguir vendiendo". Habla la científica que luchó para medir PFAS en la sangre. Y lo que pasa en Doñana no se queda en Doñana

  •   9 minutos de lectura

En el año 2009, se hizo en España un estudio de químicos tóxicos en población financiado por el Ministerio de Medio Ambiente aprovechando los reconocimientos médicos de las mutuas de trabajo. Era el más amplio hasta la fecha en España y aún así era muy limitado. Dejaba fuera, por ejemplo, a personas sin empleo y amas de casa. La científica que lideraba el estudio, Argelia Castaño, se empeñó en que se guardase una submuestra para analizar un compuesto químico del que cada vez aparecían informaciones más alarmantes sobre todo en EEUU: los PFAS. Compuestos químicos formados de carbono y flúor que se usan desde hace décadas para un montón de cosas, sartenes antiadherentes, ropa impermeable, envases de comida rápida... Que se han ido extendiendo por el planeta, se acumulan en el organismo, son casi indestructibles y altamente tóxicos.

Las empresas químicas fueron sabiendo desde hace décadas no solo que eran tóxicos, afectaban a la fertilidad y elevaban las tasas de determinados tipos de cáncer, también que se estaban acumulando en la sangre de todo el mundo, como contamos en la investigación Alerta PFAS: 70 años de mentiras de la industria química.

En el estudio en España de 2009, en el 100% de las personas se detectó PFOA, uno de los PFAS más peligrosos y actualmente prohibido; en el 99,7%, PFOS; el 99,9%, PFNA.

Argelia Castaño lleva desde entonces peleándose para que se establezca en España un programa de biomonitorización humana estable que estudie los químicos tóxicos en la población general y de forma periódica. Este año se retira después de haberlo conseguido, convencida de que tras años exigiendo para España algo similar a lo que tienen desde hace muchos años en EEUU o Alemania, esto supone "un broche de oro" para su carrera. Hoy te traemos la entrevista que le hicimos para nuestra última investigación, en la que hablamos también con Marta Esteban López, jefa del Área de Toxicología Ambiental del Instituto de Salud Carlos III y una de las científicas que va a estar al frente de esta nueva etapa.

Además, en el Día de los Humedales, te damos las cifras de las aves en una de las joyas naturales de este país, el Parque Nacional de Doñana. Spoiler: a pesar de las lluvias caídas, no es posible celebrar de momento la situación de esta Reserva de la Biosfera. Las aves están en su cifra histórica más baja, muy muy lejos de cuando se contabilizaban en los censos aéreos más de 600.000 ejemplares. Lo que está pasando por un lado con el cambio climático y por otro con la sobreexplotación del acuífero que alimenta parte de las lagunas de Doñana tiene un efecto dominó en las aves migratorias. Te lo contamos.

Y, como cada semana, la actualidad de los embalses.

Arrancamos.

ENTREVISTA: "La industria química es muy poderosa. Intenta retrasar la prohibición [de los PFAS] mientras sigue vendiendo"

Argelia Castaño, doctora en Ciencias Biológicas, profesora de Investigación del Instituto de Salud Carlos III y exdirectora del Centro Nacional de Sanidad Ambiental. | DATADISTA

👉 Puedes ver la entrevista completa en nuestro canal de YouTube

España va a tener por primera vez un programa estable de biomonitorización. ¿Qué es eso exactamente y por qué es importante?

La biomonitorización consiste en medir en personas la presencia de productos químicos. Diseñar qué población quieres estudiar, elegir de qué compuestos quieres valorar la exposición, coger las muestras, hacer un cuestionario de hábitos de vida para poder interpretar los resultados que obtienes en los análisis químicos, analizarlo químicamente en un laboratorio y después interpretar los resultados.

Tener un programa de esta envergadura en el que participan todas las CCAA, que cubrimos todo el territorio nacional y diferentes grupos de edad nos va a proporcionar información sobre cómo evolucionan los niveles, aumentando o disminuyendo, en caso de que se implementen medidas para reducir la exposición.

¿Quién va a participar en el primer estudio en 2025 y qué se va a medir?

Se van a tomar 3.800 muestras. Este estudio es de población general. El estudio anterior [Bioambient, realizado en 2009 con mucho menos alcance] tenía el defecto de que no se incluían ni parados ni amas de casa. Para conseguir un poco menos de 4.000 participantes, se va a invitar a 14.000 hogares. Los epidemiólogos harán una distribución equilibrada por los diferentes sectores censales y por sexos y por edades que sea representativa del país.

Se van a medir metales pesados, hidrocarburos aromáticos policíclicos, se van a medir PFAS, bisfenoles, PCBs, pesticidas, dioxinas, sacroleína...

Se incluirán PFAS de cadena larga y de cadena corta. A lo mejor los de cadena corta se miden en una submuestra más adelante y ahora los de cadena larga, que es con los que hay mayor preocupación.

¿Por qué se ha tardado tanto en tener un programa estable de este tipo en España?

Llevo pegándome así, fuerte, fuerte, fuerte desde 2007. [Ha sido] una lucha de mucha gente para que esto saliera adelante. [Se ha tardado tanto porque, primero] requiere el [consenso] de muchas autoridades en muchos sectores de competencia. Y segundo, porque son tremendamente caros y muy complejos. Cuanto más grande es el estudio, cuanto más territorio ocupa, más difícil es y más costoso.

Este primero lo va a financiar en su totalidad el Ministerio de Sanidad. Yo creo que, como mínimo, serán 5 millones [de euros].

Necesitas que esos estudios se repitan de forma periódica. Cada tres años, cada cinco años, depende.

La industria descubrió hace mucho los efectos adversos de los PFAS y los ocultó, pero los gobiernos también han ido conociéndolos. ¿Cómo es posible que no se hayan prohibido antes de forma más generalizada?

La industria química es muy poderosa, muy poderosa y tienen muy buenos técnicos y discuten con mucha propiedad. En muchos casos lo que intentan es retrasar la prohibición, porque mientras se retrasa siguen produciendo y siguen vendiendo. Probar inequívocamente que un compuesto produce determinados efectos no es muy sencillo porque a veces los estudios son muy largos. Si por ejemplo en la discusión con los técnicos se acepta que hay que hacer un estudio en roedores a dos generaciones, pues ya han ganado dos años. Cuanta más información aportes, más herramientas tienen los legisladores para poder restringir o prohibir un contaminante.

A mí me pagan por proteger la salud pública. No es ya que crea, que creo en ello, es que además a mí me paga el contribuyente y yo, a quien tengo que proteger, es al contribuyente. Los de la empresa que fabrica PFAS, les pagan por fabricar PFAS. Posiblemente defenderán con uñas y dientes que se sigan produciendo PFAS.

Uno de los logros hasta ahora de la industria química ha sido que las prohibiciones lleguen compuesto a compuesto. ¿Debería haber prohibiciones más generales?

De la misma manera que se ha prohibido el Bisfenol A en juguetes de niños, los PFAS deberían prohibirse completamente en determinados usos. ¿Por qué tienen que estar en los envases de los alimentos? Yo no lo entiendo. Es que no lo entiendo.

La comunidad científica llevamos mucho tiempo peleándonos para que no se evalúen los compuestos químicos compuesto a compuesto porque nunca estamos expuestos a uno. Estamos expuestos a muchos. Ahora de momento lo que se ha conseguido es la evaluación por grupos homogéneos pero todavía no se evalúa qué pasa con 3 de PFAS y 5 bisfenoles.

Después de años luchando para lograr el Programa de Biomonitorización, ¿se siente satisfecha de lo logrado?

Estoy muy contenta. Yo creo que es un broche de oro a mi carrera. Me voy muy contenta de que se haya establecido la Comisión de Biomonitorización y de que el estudio se vaya a empezar. Yo creo que es el momento de dar un paso atrás y dejar que toda la gente joven que viene con mucha energía lo lleven adelante. Son gente que está muy preparada y lo va a hacer fenomenal. Me voy satisfecha.

Lo que pasa en Doñana no se queda en Doñana

Patos cuchara (Spatula clypeata) y flamencos (Phoenicopterus roseus) en la marisma de Doñana. | Rubén Rodríguez Olivares

Hoy, en el Día de los Humedales, DATADISTA actualiza su mapa de zonas húmedas, el primer y más extenso mapa interactivo que no solo permite viajar por ellos, además sirve para evidenciar que España, 35 años después de que la ley obligase a ello, sigue sin tener catalogados en el catálogo nacional la mayoría de sus humedales, el único modo de conocerlos para poder protegerlos. En el Inventario Nacional, según los cálculos que hemos hecho, solo figura uno de cada cuatro, tras las últimas incorporaciones realizadas en 2024.

De todos esos humedales, hoy nos vamos a centrar en el más importante de este país, y mira que tiene joyas de norte a sur y de este a oeste: Doñana. Y en concreto en las aves acuáticas, uno de los indicadores más evidentes del cambio climático.

Doñana, con su localización estratégica tanto como lugar de paso entre Europa y África para muchas aves así como destino final para invernada de otras, demuestra que el cambio en las temperaturas está provocando que las aves pre-saharianas, las que antes invernaban en lugares del sur de Europa como Doñana o como mucho el norte de África, se queden ahora en los meses más fríos más al norte, donde ya no hace tanto frío. Al mismo tiempo, especies trans-saharianas, que llegaban incluso hasta el Sahel en su ruta migratoria, invernan ahora en Doñana.

No es un fenómeno de suma cero. La evolución del total de aves censadas alcanzó en 2024 su mínimo histórico. Según el censo aéreo de aves de la Estación Biológica de Doñana, que se hace desde los años setenta del siglo pasado con avioneta y cubriendo todas las grandes zonas húmedas del parque (lagunas permanentes, marismas, riberas de ríos, arrozales, balsas de acuicultura y salinas) en enero de 2024 se contabilizaron solo 43.989 aves. No pienses que las encontraron mayoritariamente en la marisma, ese paraíso de las aves. A principios de 2024, casi un tercio de las censadas encontró refugio en las aguas de la piscifactoría de Veta la Palma y un 16,3% en las salinas de Bonanza, es decir, en puntos artificiales cuya agua no depende del régimen de las lluvias.

Flamencos en la laguna de Santa Olalla durante el mes de octubre de 2024. | Alejandro Muñoz, EBD-CSIC.

Solo ha habido cuatro eneros de toda la serie histórica en los que el número de ejemplares censados ha estado por debajo de los 100.000 y dos han sido en esta década. Hace tan solo 20 años, en enero de 2005, se registraron 178.907 aves, y a principios de los noventa se alcanzaban los 600.000.

La causa es clara. El bajísimo nivel de precipitación entre septiembre de 2023 y enero de 2024 hizo que la marisma estuviese casi seca en enero, momento de realización del censo internacional de aves acuáticas y el mes que habitualmente coincide con el de mayor número de aves.

Cuando en la laguna de la marisma casi no hay agua, la Estación Biológica de Doñana señala en su informe anual que “las aves acuáticas se ven obligadas a buscar refugio en otros lugares” y que esto afecta a su capacidad de sobrevivir en su travesía hacia el norte de Europa.

El cambio climático ha prolongado los periodos secos. Pero el efecto de la última sequía se hizo mucho más patente por la histórica sobreexplotación de las aguas subterráneas que afectan al Parque para regar el lucrativo fruto rojo de Huelva, tanto de forma legal como ilegal, llegando a secarse dos veranos consecutivos (2021-2022 y 2022-2023) la laguna de Santa Olalla, teóricamente permanente. Si se mira estrictamente el periodo hidrológico septiembre 2023-agosto 2024, la laguna de Santa Olalla no llegó a secarse por completo pero lo hizo nada más iniciarse el siguiente periodo: en septiembre de 2024, debido a la ausencia de lluvias y la evapotranspiración. Esa desecación completa tres veces en un periodo tan corto adquiere muchísima más relevancia si se tiene en cuenta que ni en la durísima sequía de mediados de los años noventa del siglo pasado ni en la de mediados de la primera década del siglo XXI se llegó a secar por completo Santa Olalla.

Las lluvias aumentan las reservas de agua para consumo, pero no alivian las cuencas más deficitarias

Las precipitaciones de la última semana en buena parte de la península han permitido aumentar las reservas de agua almacenada en la mayoría de las cuencas de la vertiente atlántica, pero no en las más deficitarias del Mediterráneo, como las Cuencas Internas de Cataluña (32,5%), la del Segura (20,5%) y la Cuenca Mediterránea Andaluza (28,8%). La de Guadalete-Barbate (28,5%) ha aumentado ligeramente esta semana, con 1 hm³ más.

A nivel nacional, los embalses de uso consuntivo —destinados al abastecimiento humano, agrícola e industrial— se sitúan en el 49,3% de su capacidad, con 19.125 hm³. En la última semana, su volumen se incrementó en 2,2 puntos, sumando 845 hm³. Estas cifras están 5,6 puntos por encima del promedio registrado en los últimos cinco años, que asciende a 16.874 hm³.

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