Hoy queremos traerte una historia que encierra datos, datos cambiantes cada día, cada hora, con graves consecuencias. Es la historia de lo que sucedió con la subida de los precios hace un siglo en la Alemania de entreguerras, algo que tiene mucho más que ver con las políticas de hoy y por qué se suben o no los tipos de interés de lo que quizás creas. La pregunta que se están haciendo muchos economistas es cómo de recomendables son las medidas ortodoxas para contener los precios y frenar la demanda si lo que está detrás de su subida es un repunte del precio de la energía.
Sobre el precio de la energía precisamente también te traemos datos, de cómo está el precio de la gasolina y el gasóleo en España, que ya se ha comido la ayuda aprobada por el Gobierno. Y, por supuesto , la actualidad de la covid-19, con un nuevo capítulo de anuncios anticipados por ministros por el ansia viva de ser quien da buenas noticias.
Aunque algunos de vosotros y vosotras ya os dirigís a nosotros por redes o por correo cuando un tema os interesa, os ha gustado conocer una historia o queréis preguntar por un dato, queremos ir más allá. Nos gustaría saber tu opinión sobre nuestro trabajo. Queremos saber qué temas, noticias e historias te gustaría leer en DATADISTA. Escríbenos a socios@datadista.com. Te leemos.
En breve vamos a publicar dos nuevas investigaciones de largo recorrido en las que llevamos meses trabajando y que esperamos te ayuden a conocer un poco mejor nuestro país como nos han permitido conocer a nosotros.
Arrancamos.
El miedo a la hiperinflación, lecciones de la historia
Se desbocan los precios, los ahorros pierden valor y lo que ayer nos llevábamos del super por unos determinados euros se va quedando cada vez más menguado. Es la inflación. No hay nada que más asuste en la Europa del euro que, contagiada del miedo alemán, creó su banco central, el BCE, a imagen y semejanza del Bundesbank y le encargó como principal tarea precisamente controlar que los precios no se desboquen. En números: que el incremento del IPC se mantenga cada año cerca pero por debajo del 2%. Como sabes, estamos muy lejos de ese listón, con el IPC español situándose en mayo en el 8,7% y la media de la zona del euro en el 8,1%.
¿De dónde le viene a Europa el miedo a la inflación? La historia de hace un siglo ha dejado imágenes escalofriantes de lo que ocurre cuando los precios se desbocan. "El precio de los tickets del tranvía y la carne, las entradas de teatro y la escuela, los periódicos y los cortes de pelo, el azúcar y el bacon, sube cada semana", escribió el escritor y periodista Eugeni Xammar en febrero de 1923 desde Berlín, donde había sido enviado como corresponsal por La Veu de Catalunya. "Nadie sabe cuánto durará el valor de su dinero y la gente vive en un miedo constante, sin pensar en otra cosa que en beber, comprar y vender. Solo hay un tema de conversación en todas las bocas en Berlín: el dólar, el marco, los precios… ¿Os dais cuenta? Por el cielo, ¡parad esto! Acabo de comprar salchichas, jamón y queso para seis semanas", alertaba en una de sus crónicas.
Las historias que han quedado de aquellos tiempos son muchas. Fábricas que paraban tras pagar a sus trabajadores para permitirles ir a comprar antes de que el dinero perdiese valor, ciudadanos cargando en carretillas con los billetes necesarios para una compra común, una familia que vendió su casa para emigrar a América y al llegar a Hamburgo no tuvo suficiente para pagar el nuevo precio del pasaje ni para volver a su ciudad, un hombre que pidió dos tazas de café y una le costó cinco mil marcos y la segunda catorce mil, otro que descuidó una maleta llena de billetes durante unos minutos y le robaron la maleta, dejando allí tirado su contenido, niños jugando con los fajos de billetes a construir castillos o personas quemándolos para calentarse porque era más barato eso que comprar la leña.
El Tratado de Versalles tras la I Guerra Mundial había impuesto a Alemania el pago de duras reparaciones de guerra. Alemania suspendió sus pagos a finales de 1922 y las tropas francesas y belgas ocuparon el Ruhr. En vista del terrible efecto económico de aquella ocupación, Alemania se puso a imprimir billetes como si no hubiera un mañana para afrontar los pagos. Esa máquina de imprimir es muy peligrosa porque cuantos más billetes hay, menos valen, claro. En 1914, un dólar se cambiaba por 4,2 marcos, a finales de 1923, por 4,2 billones.
Gustav Stresemann, nombrado canciller en 1923, logró un acuerdo con EEUU, el Plan Dawes, para estabilizar la economía alemana. Los marcos devaluados se sustituyeron por una nueva moneda y la impresión de billetes se ligó a las reservas de oro alemanas. EEUU concedió un crédito a Alemania para ayudar a su economía pero pidió su devolución inmediata tras el estallido del crash de 1929 y la miseria volvió. Adolf Hitler sería nombrado canciller alemán en 1933, pero eso es otra historia.
La moraleja es que la inflación trae miseria y conociéndolo en sus propias carnes Alemania obligó a que el euro se diseñase basando su política en contenerla. La ortodoxia dice que si los precios empiezan a escalar, la economía se está recalentando y hay que enfriarla y eso se consigue subiendo los tipos de interés, el precio de tomar dinero prestado. Así hay menos crédito, menos consumo, menos inversión, menos demanda y se bajan revoluciones a la economía y con ello a los precios. Esto también ha tenido sus disgustos, como aquellas subidas de tipos de Trichet en 2008. Cuando la subida del IPC se debe a subidas de los precios de la energía, como ocurrió entonces con el petróleo, y no a tensiones por incremento de la demanda, subir tipos, encarecer con ello los créditos y especialmente las hipotecas, no consigue sino complicar aún más la situación económica.
El problema es que esta vez también han sido los precios de la energía los que han estado tras el repunte de precios pero no han sido la única razón. La demanda posterior a los tiempos más duros de la pandemia, alentada por el ahorro embalsado y la falta de algunos productos han sumado buena parte también a la subida de precios. ¿Y ahora qué? La Fed, el banco central de EEUU, ha aprobado una subida histórica de los tipos de interés oficiales. El BCE ya ha anunciado que subirá 0,25 puntos los tipos oficiales en julio y que volverá a subirlos en septiembre. Puede que hasta medio punto. ¿Contendrá eso la inflación teniendo en cuenta que una parte importante procede de la traslación a bienes y servicios del incremento de los costes de la energía? ¿Qué pasará con las rentas de los hogares si les suben las hipotecas mientras los precios siguen al alza? Eso se preguntan muchos economistas.
La gasolina 95 y el gasóleo A moderan su subida pero ya se han tragado la ayuda del Gobierno
El sábado el precio de la gasolina 95 alcanzó 2,129 euros/litro de media mientras que el gasóleo A se situó en 2,077 euros/litro. Desde la semana pasada, la escalada en el precio de la gasolina 95 y el gasóleo ya han absorbido el 100% de la subvención del Gobierno a la espera de un nuevo Decreto que amplíe las medidas más allá del 30 de junio. El precio medio diario de la gasolina y gasóleo en España ha seguido subiendo en los últimos días pero a un ritmo menor que en las últimas semanas.
En este gráfico puedes ver la evolución del precio medio diario de la gasolina en España.
El precio más frecuente esta mañana de la gasolina 95 en España es de 2,169 euros/litro y de 2,109 euros/litro en el gasóleo A.
En este histograma puedes ver el número de gasolineras por rango de precio. En la parte más baja del gráfico se encuentran las gasolineras situadas en Canarias. En 3.984 estaciones de servicio el precio de la gasolina 95 supera los 2,169 euros/litro. Representa el 37% del total de estaciones de servicio del país.
Leve repunte en la fase endémica de la covid-19
La incidencia de los casos notificados entre los mayores de 60 años ha sufrido un leve repunte en la última semana en esta fase endémica de la enfermedad. El viernes se notificaron 612,39 casos por cada 100.000 habitantes. Son 34 puntos más que el viernes anterior. En este gráfico puedes ver la evolución por grupos de edad.
Se mantiene estable el número de personas ingresadas en una UCI en España diagnosticadas con covid-19. El viernes había 332 personas. Es el 3,74% del total de ingresados en estas unidades. Las comunidades autónomas de Cataluña (7,05%), Madrid (6,88%) y Castilla y León (5,49%) son las que tienen mayor porcentaje de ocupación.
Desde el Ministerio de Sanidad nos indican que una gran parte de los casos hospitalizados e ingresados en UCI con covid-19 no lo están a causa de la enfermedad. La gravedad de los casos y la letalidad sigue poco a poco disminuyendo aunque siguen muriendo personas diariamente a causa de la covid-19, principalmente entre mayores de 80 años. Por ese motivo, como os explicamos la semana pasada, la Comisión de Salud Pública aprobó la administración de la cuarta dosis en las personas mayores de 80 años y en residencias.
La ministra anuncia la cuarta dosis para todos pero...
Esta semana la Ministra de Sanidad anunció durante una entrevista en el programa de televisión que en otoño se administraría la cuarta dosis a toda la población general, pero es una medida que a día de hoy no ha sido aprobada por la Comisión de Salud Pública ni tampoco recomendada por organismos internacionales. Sanidad espera que este otoño estén disponibles una nueva generación de vacunas contra la covid-19 para su administración entre la población general.
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