Una, dos, tres, cuatro... así hasta 24.304.406 son las mujeres residentes en España según el INE. Este país tenía, en julio de 2022 (último dato del instituto estadístico), 46,62 millones de personas residentes. El 51%, mujeres. En la semana del 8M, te traemos datos para entender cómo ha cambiado la tasa de actividad de las mujeres en lo que va de siglo XXI, a costa de qué, en qué profesiones y qué pasa con las pensiones debido a las diferencias en la vida laboral.
Y miramos de nuevo al agua, uno de los temas a los que más atención dedicamos como sabes, porque la sequía sigue empeorando en Cataluña. Te contamos los datos en esa región y también la situación a nivel nacional y su comparativa con periodos anteriores.
Y vuelve Palomares, una larga historia de secretos y contaminación que arrastramos desde los tiempos de la Guerra Fría y que ha traído esta semana un nuevo capítulo que está por ver si inicia el camino hacia la solución definitiva. Un problema que conocían perfectamente desde el momento en que cayeron las bombas termonucleares sobre la pedanía almeriense, como te mostramos en nuestra investigación sobre Palomares, un secreto urbanizable.
Arrancamos.
Foto con 24,3 millones de personas
España viene, hace menos de medio siglo, de tiempos en los que las mujeres tenían asignado mayoritariamente el rol de los cuidados, de hijos y después de mayores, de la gestión de la casa y su mantenimiento sin obtener remuneración ni cotizar por ello. Desde las empresas se 'premiaba' que la mujer dejase el trabajo en el momento de casarse con un pago especial conocido como dote, que incentivaba aún más esos roles especialmente en las clases más modestas.
No es necesario irse tan lejos. Iniciado ya el siglo XXI, hace tan solo 20 años, un porcentaje alto de mujeres en edad de trabajar permanecía fuera de la foto no solo en edades más tempranas sino incluso a partir de los 25 años, la edad en que los hombres pasaban ya de forma masiva a ser población activa, es decir, a tener o buscar trabajo. Entre un 30% y un 40% de las mujeres a partir de los 25 no formaban parte de lo que se conoce como población activa, mientras la tasa de actividad de los hombres a partir de esa edad se situaba entre el 90% y el 95%.
La foto ha cambiado bastante en lo que va de siglo en la mitad de la población formada por mujeres. La tasa de actividad se sitúa entre el 80% y algo más del 85% en las franjas de edad a partir de los 25 años pero esto no significa que se hayan equilibrado los roles ni siquiera que se esté cerca de ello. Significa que, en muchos casos, las mujeres han asumido un doble papel. Uno remunerado y por el que cotizan y otro que sigue sin estarlo.
El porcentaje de mujeres trabajando a tiempo parcial es muy superior al de los hombres en todas las franjas de edad pero además vamos a fijarnos en lo que ocurre dependiendo del número de hijas/os. Mientras en los hombres el porcentaje de los que están con un contrato a tiempo parcial disminuye cuando tienen descendencia, probablemente porque es a partir de edades en las que empiezan a estabilizar su carrera profesional, en las mujeres la situación empeora, más cuantos más hijos tienen.
Según la última encuesta de población activa, de las 2.045.000 mujeres trabajando a tiempo parcial en el cuarto trimestre de 2022, un total de 333.200 estaban en esa situación debido al cuidado de hijos, mayores o dependientes, frente a 25.300 hombres.
Las ocupaciones, y las retribuciones ligadas a ellas, siguen además respondiendo a patrones por sexo. Si observamos las treinta ramas de ocupación que más puestos de trabajo generan en nuestro país se observa que persisten fuertes roles de género, con las mujeres con un peso mucho mayor al de los hombres en comercio al por menor, educación, actividades sanitarias, personal doméstico, de cuidados en residencias y los hombres dominando no solo en la construcción, el transporte y la agricultura y ganadería sino también en programación, consultoría e informática, arquitectura e ingeniería, en actividades de seguridad e investigación, en el comercio al por mayor y en la Administración pública y el sector de la defensa.
En el comercio al por menor y la educación, por ejemplo, las mujeres casi duplican a los hombres. En la educación, los triplican. En personal doméstico, hay casi medio millón de mujeres por 50.000 hombres. En servicios sociales y asistenciales, así como en la atención en residencias, el número de mujeres multiplica por varias veces el de hombres. Los hombres triplican a las mujeres en programación, consultoría e informática y en servicios técnicos de arquitectura e ingeniería.
Todo esto tiene sus consecuencias en las cotizaciones, como no podía ser de otro modo, pero no solo porque las mujeres trabajen mayoritariamente en puestos menos retribuidos. Las bases de cotización media de las mujeres son inferiores a las de los hombres en todos los grupos de cotización, más cuanto menor sea la categoría, debido también al mayor peso de contratos a tiempo parcial.
Esta situación, que perpetúa peores historias de cotización en las mujeres, tendrá su repercusión en las pensiones futuras. Si miramos a las de hoy, ya podemos observar cómo los roles del pasado influyeron en las pensiones de hoy sin que los correctores introducidos para compensar en parte aquella labor hayan cambiado la realidad que muestran los datos.
Las pensiones más bajas siguen teniendo como protagonistas a las mujeres, mientras que la pensión máxima, esa que tiene tope en los 3.059 euros mensuales, es por una mayoría abrumadora masculina. Si nos vamos a la pensión mínima, que es la pensión contributiva que recibe un complemento por no llegar a un nivel mínimo, de nuevo son las mujeres las que tienen mayor peso con mucha diferencia.
La principal causa son las pensiones de viudedad, en las que mujeres casadas en gananciales vieron cómo si eran sus maridos los que fallecían ellas pasaban a recibir solo un porcentaje de la base reguladora por la que habían cotizado ellos, que de ser los supervivientes del matrimonio habrían cobrado la totalidad.
Este es el cuadro para 2023 de las pensiones mínimas mensuales (en 14 pagas), tras la subida del 8,5% que se ha aplicado a estas pensiones igual que al resto (salvo las no contributivas), a pesar de que las personas con la pensión mínima dedican casi la totalidad de su renta a alimentos y suministros, cuya inflación estuvo en 2022 muy por encima de ese porcentaje.
El Gobierno ha anunciado un acuerdo con el visto bueno de Bruselas para modificar el sistema de pensiones español, destopando las cotizaciones que pagan los sueldos más altos, incrementando el llamado complemento de solidaridad, abriendo la posibilidad a aumentar los años de cotización utilizados para el cómputo de la pensión y, por lo que afecta a las pensiones mínimas y no contributivas, estableciendo unos porcentajes de subida por encima del que marque anualmente el IPC.
La sequía se agrava en Cataluña
Hace más de 28 meses que las precipitaciones son escasas en Cataluña. La sequía preocupa cada vez más. Los embalses de las cuencas internas de Cataluña se encuentran esta semana al 27,7% de capacidad. Es un 62% menos que la media de los últimos diez años.
En este gráfico puedes ver la evolución del agua embalsada en los embalsas de las cuencas internas de Cataluña por año hidrológico desde 1988. Hubo dos años hidrológicos donde la situación fue peor: En 1989/90 y 2007/08. En ambos casos a partir de abril la situación empezó a mejorar, principalmente por un aumento de las precipitaciones en el Pirineo. En este año hidrológico aún no sabemos si dentro de un mes va a producirse un aumento de las precipitaciones por encima de la media anual.
El agravamiento de la sequía ha motivado que la Generalitat haya adoptado nuevas medidas de restricción en el uso del agua en 224 municipios en 15 comarcas con una población de más de 6 millones de personas.
El Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC) ha publicado esta semana la declaración de excepcionalidad por sequía hidrológica en los embalses de los ríos Ter y Llobregat. Esta medida implica restringir el agua a un máximo de 230 litros por persona y día, reducción del 40% para usos agrícolas, 15% para industriales, se prohíbe la limpieza urbana con agua potable y tampoco está permitido el riego de parques y jardines (públicos y privados). Si la situación de sequía se agrava se podrá activar la fase de emergencia donde se aplican cortes de agua. La última vez que se aplicó fue en el año hidrológico 2007/08.
El agua embalsada en la Península es del 50,5%
La situación de los embalses de la Península acumulan esta semana 28.356 hm3 lo que equivale al 50,5% de su capacidad total. Esta cifra supone una ligera bajada (0,1%) respecto a la semana anterior. Desde la semana pasada las precipitaciones han sido escasas en todo el país. La situación es mejor que en el pasado año hidrológico pero aún muy inferior a la media de los últimos diez años, con 34.349 hm3.
Las cuencas más afectadas por la falta de agua son: Guadalquivir (25,6 %), Cuencas internas de Cataluña (28,4 %), Guadalete-Barbate (29,9 %) y las de Guadiana y Segura (ambas al 34,6 %).
La limpieza de Palomares. Sí, otra vez
"Es falso que sea una pequeña cantidad de Plutonio-239 y Uranio-235. Se sabe que fueron posiblemente varios kilogramos los dispersados. (…) Si bien es cierto que hasta el presente no se han encontrado, en el personal contaminado, dosis que aparezcan como peligrosas, es posible que en el futuro sí aparezcan y ello en un número indeterminado de personas".
Este párrafo forma parte de una carta que se escribió el 18 de febrero de 1966, un mes después del accidente de dos aviones de EEUU cuyas bombas termonucleares cayeron sobre Almería, liberando dos de ellas varios kilos de plutonio y uranio. Aparece en una carta del entonces ministro de Asuntos Exteriores de la dictadura franquista, Fernando María Castiella, al ministro de Industria, Gregorio López Bravo, clasificada como SECRETA y desvelada por DATADISTA en el marco de la investigación sobre Los Papeles de Palomares.
El plutonio sigue allí, transformándose lentamente en un elemento aún más peligroso, el americio. EEUU se llevó una pequeña parte y dejó enterrados en dos zanjas otra parte del material radiactivo, zanjas que no quedaron localizadas y que hubo que localizar décadas después. Otra buena parte quedó dispersa por el terreno, como mucho bajo un manto de tierra extendido para tapar el terreno contaminado. Los propios informes de la época recogen que ya se sabía que, por el efecto de los eventos meteorológicos extremos que vive la zona periódicamente y las labores agrícolas, acabarían saliendo a la superficie.
Esta semana se ha sabido que el Gobierno ha solicitado a EEUU, aprovechando las mejores relaciones con la Administración Biden, que proceda a la limpieza definitiva de los 50.000 metros cúbicos de tierras contaminadas por el accidente. Un capítulo más en una larguísima historia que está por ver que sea el definitivo.
El secreto ha sido la tónica dominante en estos largos 57 años desde aquel accidente de los tiempos de la Guerra Fría mientras se retrasaba la solución, es decir, la limpieza del terreno, como te hemos ido contando con detalle. A EEUU le vino primero muy bien (así lo reconocían en intervenciones de aquella época desclasificadas también desde el Gobierno estadounidense) que España viviese en dictadura, con el Gobierno de Franco poniendo cepo a cualquier intento de protesta, como el conato de manifestación un año después del accidente que no logró avanzar ni 250 metros antes de ser detenidos y se diseñaron los planes más enrevesados y absurdos para trasladar a Madrid a quienes habían arrojado resultados positivos de contaminación para hacerles pruebas.
Ya en democracia, la cosa no fue mucho mejor. Palomares siguió siendo el secreto eterno que se usó más como moneda de cambio en otras negociaciones que como una verdadera reivindicación frente a EEUU e incluso los acuerdos firmados, fundamentalmente el de 2015, nunca fueron vinculantes.
Solo la burbuja inmobiliaria, los planes para construir casas para británicos retirados con los cimientos hundidos en plutonio, había activado los planes de revisión y limpieza del suelo de Palomares, en Cuevas de la Almanzora, y de la vecina Vera. Pero la concreción de esos planes, debido a que España no cuenta con un cementerio donde alojar los residuos y a que EEUU, especialmente en la era Trump, se desentendió del acuerdo para llevarse a su territorio el suelo contaminado, nunca llegó.
Ecologistas en Acción de Almería, representada por el abogado que paralizó el hotel ilegal de El Algarrobico, José Ignacio Domínguez, lleva años batallando para lograr la limpieza del terreno y su alojamiento temporal mientras la Administración de EEUU se decide a afrontar las consecuencias de sus operaciones nucleares frente a la antigua URSS. De momento el resultado ha sido muy poco alentador para los ecologistas. El oscurantismo se ha mantenido desde el Gobierno pese a los requerimientos de documentación incluso desde los tribunales, se han cambiado leyes vía enmiendas en otras que nada tenían que ver para esquivar los recursos, y el Supremo terminó por negarles la capacidad del Consejo de Seguridad Nuclear de decidir sobre la limpieza.
Está por ver que la información conocida esta semana llevé al cierre definitivo de esta oscura historia que arrastra España desde la Guerra Fría.
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